lunes, 25 de febrero de 2013

Saber Manejar


Si se hiciese una encuesta a las personas que conducen un automóvil un día cualquiera en una ciudad equis de nuestro país, preguntando si saben manejar, me atrevería a apostar que la gran mayoría por no decir todos responderían afirmativamente. Y es que aunque parezca una pregunta idiota preguntarle a un conductor si sabe manejar, lo cierto es que día a día nos encontramos con un sinfín de personas que estamos seguros no saben manejar.
Lo que sucede es que no basta con saber operar un vehículo para decir que se sabe manejar, es decir no es suficiente saber arrancar sin que se apague, o realizar frenadas suaves, o cruzar manteniendo nuestro canal, para considerar que sabemos manejar. De hecho creo que son pocas, muy pocas las personas que en realidad saben manejar, grupo al que probablemente no pertenezca mi persona. Pero antes de querer lapidarme diciendo que Uds. mis querido y quizás imaginarios lectores, si saben manejar, háganse estas preguntas, y ojo no cuenten las respuestas a nadie, porque obviamente “Nadie maneja mejor que nosotros mismos”
1.- ¿En una intersección entre 2 calles, quien tiene prioridad de paso?
2.- ¿En un redoma quien debe pasar primero?
3.- ¿Que significa el rayado simple continuo y el doble?
4.- ¿Con cuanta anticipación se debe colocar la luz de cruce?
5.- ¿De verdad nos pueden remolcar el carro si el vidrio parabrisas esta astillado?
6.- ¿Cual es la velocidad máxima permitida en el canal derecho de una autopista?
7.- ¿Cual es la velocidad en el canal izquierdo?
8.- ¿Cual es la diferencia entre los colores de los carteles en las distintas vialidades?
9.- ¿Cual debe ser la velocidad máxima permitida en carreteras de grava?
10.- ¿Como señalas con la mano que vas a cruzar a la derecha?

Si fallaron o no supieron responder al menos una de estas preguntas se darán cuenta que al igual que yo, no saben manejar. Y es que manejar incluye conocer las leyes y reglamentos, si no lo hacen pues su licencia es “Chimba” como la mayoría de las cosas de nuestro país.

Pero no basta saberse las leyes, cual legislador eidético, sino que además hay que adaptarse a como se maneja en cada localidad, ya que no es lo mismo manejar en Caracas, donde es norma vital mantener los vidrios arriba en la cola no importa si el aire acondicionado no sirve, para no ser visto en un video en internet como víctima de los atracos en la Francisco Fajardo, sino que además apenas cambia el semáforo, se arranca con la celeridad digna de un dragster, en comparación con Valencia donde es norma común que luego de la luz verde exista un delay de al menos unos 15 segundos antes de que empieza a avanzar la cola (causal frecuente de apoplejías en caraqueños residentes en esta ciudad) adicionalmente a este retraso, entonces luego de la luz roja también se sigue avanzando unos cuantos segundos, Uds. saben para compensar el tiempo perdido en el otro caso. Por esto un día casi choco en Barinas, donde la gente maneja de la forma más extraña, apenas la luz cambia a roja, todos se detienen. Tamaño locura no les parece.
No hablare de mis amigos maracuchos o marabinos ni mucho menos de los orientales, solo les puedo decir que manejar allí no es cosa para tontos.
Ah pero aun faltaría más, para poderse considerar un conductor apropiado, hay normas no escritas pero tacitas en las carreteras, tales como que al pasar un vehículo se mantenga la luz de cruce a la izquierda para señalar a los que vienen detrás nuestro que tienen oportunidad de pasar también, o en caso contrario colocarla a la derecha. De igual forma que al pasar un accidente o cualquier obstáculo en la vía se le hacen cambios de luces a los conductores que nos encontremos en los próximos kilómetros acercándose al lugar del inconveniente a forma de advertencia. Que las luces altas se usan en forma intermitente si hay tráfico en sentido contrario al nuestro, y que si nos hacen cambios de luces en la noche, no es para saludarnos, es para informarnos de algo, bien sea el caso del inconveniente, o para recordarnos que no somos cazadores de conejos.
En fin amigos, lo que quiero decir con esto, es que en mis 20 años de conductor, he aprendido algo casi todos los días y aun me falta por aprender un montón, así que aquellos que se compraron un carro y no lo sacan esperando aprender a manejar bien, les comento que para que llegue ese momento, si es que algún día llega, van a pasar muchas, muchas, muchísimas horas de prácticas, tantas que aunque se dediquen exclusivamente a practicar, les tomara años llegarlo a dominar en su totalidad, por lo que mi recomendación es:
Cómprense una estampita de su santo preferido. Ármense con  frases como: “la tuya”, “te la saludo en lo que llego a la casa”, “debe ser que tu nunca estuviste aprendiendo”, móntense en ese carro, persígnense, pongan la música que más les relaje y salgan al ruedo, porque la verdad verdadera es que manejar es como hacer el amor, nadie aprende en la teoría y aunque creamos que lo sabemos todo, siempre nos encontraremos con alguien que piensa que lo hace mejor que nosotros”

            Carlos J. Guillén  

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