jueves, 11 de julio de 2013

EL ÚLTIMO DOS…

Lo siguiente no lo digo con ánimos de ser dramática, ni para ofender a nadie; sólo es un intento por reconocer que estoy a punto de alcanzar la 3ra. Década y definitivamente no es lo que pensaba que sería… No digo que sea mejor o peor, sólo que definitivamente no es lo que imaginé. Hoy en la mañana me recomendaron autoabofetearme, corríjanme si lo escribo mal, no lo encontré en corrector ortográfico alguno; y sinceramente creo que debería comenzar por analizar dónde me encuentro ya que si la idea es despertar, inicialmente deberé saber donde estoy para no asustarme si no me gusta lo que veo.

Cuando aún era una niña vida tracé un plan de vida: a los 23 me graduaría de Dra. Me casaría a los 25 y tendría hijos a los 26. La realidad fue la siguiente: descubrí que le tengo fobia a la sangre, lo que obviamente me impediría ser cirujano, a los 17 conocí al superintendente de una gran empresa que me recomendó ser ingeniero industrial, investigué y de verdad me gustó, me gradué a los 24, un par de días después terminé con el que en ese momento era mi novio porque definitivamente nuestras vidas tenían rumbos diferentes (él quería casarse conmigo y yo no quería casarme, punto). Trabajé por cortos 3 meses en manufactura y después pasé al área de servicios, donde me encuentro ahora.

Ah… ¡Los hijos! Bueno descubrí que la cosa no es tan sencilla, digo conseguir el padre, casarlo (si es que decido llevar a cabo mi plan de la manera tradicional) y luego la pancita… No, definitivamente aún no decido tener hijos, detalle a mi Dr. No le parece la mejor idea del mundo, ya que según él: ¡Estoy en la edad perfecta! Y en mi opinión, digo porque la vida y la pancita son mías: Mi ESTATUS no reúne las condiciones adecuadas para ser MADRE, lo pongo en mayúscula adrede ya que me parece trabajo a tiempo completo y lleno de responsabilidades enormes… ¡Le das forma a otro ser humano! Más allá del contenido poético del asunto, en serio me parece difícil.
Bueno entonces desperté, y claramente me percaté de que mi vida a los 29 no fue lo que pensé que sería cuando tenía 8 años. Pero eso no me preocupa, si, definitivamente no estoy conforme y creo que eso es perfectamente natural, cuando alcanzo una cosa, ya tengo medio millón en lista esperando para alcanzar.


Hablando ahora del entorno, porque parte del despertar es evaluar también lo que pasa a mí alrededor, definitivamente mi país no es ahora lo que millones de venezolanos imaginaron hace 21 años y eso es responsabilidad de todos aquí, ahora la parte interesante, y es esto me voy a quedar pensando un rato… ¿Qué podemos hacer para que Venezuela sea en 2.034 lo que imaginamos hoy?

Ing. Johanna Marquez

Seguimos o paramos?

Hace unas semanas asistí a un congreso de Gerencia en donde el contenido giraba en torno a dos términos  “Resiliencia e Ingenio” y se plantearon muchas definiciones desde distintos puntos de vistas o diversos autores, el que más me gusto fue el que utilizaron en una conferencia de México, decía algo así:

                “La Resiliencia es cuando un ser vivo, plantita, animal o ser humano, resiste una presión tan fuerte y ¡Se Recupera!. Recibe ofensas, golpes y maltratos, y ¡Se Recupera!. La Resiliencia es no derrotarse por lo feo, difícil o molesto que nos pase en la vida y aunque te caigas y te ensucies, te puedes ¡Recuperar! Solo tienes que luchar, para sacar de tu vida lo malo y sucio. Una persona Resiliente soporta cualquier presión y se vuelve a ¡poner de pie! Con sentido del humor aprende de todos los momentos”.

En todo lo que hablaban, evidentemente, se hacían las comparaciones con la realidad que vivimos los venezolanos y como dábamos muestras día a día de ser un país resiliente, sin embargo creo que estamos confundiendo la Resiliencia de algunos con el masoquismo y adaptación de la mayoría, si fuéramos resilientes no permitiríamos tantas injusticias, no le pagaríamos a un funcionario que nos matraquea o a gestores para que nos mueva los documentos porque las instituciones no funcionan, o pagar más de 08 veces por el valor de un saco de cemento porque no hay en vez de exigirle una explicación a los responsables de la fabricación de los mismos, y es que es tanto el nivel de extorsión entre nosotros mismos, porque ya no puede llamarse especulación, que el fin de semana en mi intento de despejar la mente y disfrutar de al menos el beneficio de estar en un país tercermundista pero con playas que todo primer mundo envidia, tuvimos que pagar el doble de lo que cuesta un peñero para que nos trasladara al cayo ya que los lancheros estaban retrasando el proceso pues para que los bañistas nos desesperáramos y por supuesto que lo lograron, porque no somos resilientes, no luchamos para sacar lo malo y sucio, solo nos adaptamos para que no nos “coma el tigre”.
Todos los días nos levantamos con la esperanza de que llegue Batman, Súperman o cualquier superhéroe que acabe con los malhechores de nuestro país, o que “finalmente dios haga justicia”, estamos asqueados y agotados de grabaciones sin director, denuncias sin oídos, muertos sin dolientes, corriendo a buscar harina, leche, crema dental, entre otros que ya ni los mencionamos, hay una crisis universitaria que todos ignoramos porque “yo no soy ni estudiante ni profesor” cuando deberíamos estar apoyándolos, el innombrable cada día está peor y nadie lo dice alto porque es “ilegal”, pues señores aceptemos la realidad la economía del país funciona a Bs. 33 por dólar, y puede que para cuando termine de escribir me haya quedado corta.
Por mi parte, en mi pequeño radio de acción, irme? Por qué? Por qué no se van los que desangran y roban abiertamente?, simplemente decidí trabajar en ser más resiliente y menos adaptable, lo más duro será no comprar películas pirata porque el cine esta por las nubes, allí no sé a quién castigaría, si establecimiento por vender cotufas tan caras o a la industria del entretenimiento al colaborar con los quemaditos, por lo menos lo hare con los que tienen locales ya que al menos pagan impuestos y un alquiler.
No nos quedan muchas opciones, pero si definitivamente debemos innovar, no solo en actividad económica, sino como sociedad, todos sabemos lo que hay que hacer, pero nadie quiere ser el héroe porque sabemos bien como terminan los héroes en este país, todos queremos ser el público que lo aplauda, pero y entonces, paramos? Seguimos?...


Yunilza

VER O LO BUENO EN LO MALO O CEGUERA SELECTIVA?


Una de las tantas cosas que no entiendo de nuestra idiosincrasia actual, es esa cualidad que tenemos como venezolanos,  muchas veces por otros alabada, de siempre sacar un chiste hasta de las peores circunstancias. En ocasiones he llegado a pensar que nos cuesta trabajo tomarnos las cosas con la seriedad que merecen. Al menos en lo que a conciencia colectiva se refiere.
No obstante últimamente he visto que esa actitud ha empezado a ser elogiada, e incluso se ha tratado de darle ciertas aplicaciones gerenciales, lo que me hace preguntarme si estaré errado en mi pensar.
Es que me causa cierto enojo ver que se habla incluso con admiración de Resiliencia como la capacidad de mantener los valores sin importar la presión a la que estamos sometidos, sin pensar que existen momentos, circunstancias, presiones en los que la dichosa “Resiliencia Venezolana” seria no solo inadecuada, sino contraproducente.

 Antes de condenar esta afirmación, permítanme argumentar mi punto de vista. No debemos confundir la determinación de mantener ideales y valores, con el conformismo. De hecho, en la práctica, la historia nos enseña que sin excepción, siempre se modificaron unos u otros en pos la consecución de uno más elevado. Como ejemplo tomemos al mayor de los hijos de nuestra tierra, quien, dudo mucho, haya sido una persona con animosidad alguna por la guerra o con tendencia al menosprecio de la vida de otros, pero que en pos de la independencia, cuando comprendió que no quedaba otro medio,  dejo de lado estos valores para libertar no solo nuestro país, sino prácticamente toda la América latina. Ahora imaginemos que hubiese pasado si ese ser, hubiese mantenido la actitud que mantenemos nosotros en nuestra realidad.
Así mismo tenemos ejemplos de sociedades, naciones, pueblos, que se han sentado a esperar que la tormenta pase (muy parecido a lo que hacemos nosotros en el presente) o a que llegue algún personaje, o personajes a rescatarlos, tal como le pasó al pueblo judío durante mucho tiempo, con finales funestos como todos sabemos.
No quiero decir con esto que debemos salir a matarnos unos a otros, pero sí creo que lo que nos está pasando, nos lo merecemos. Merecemos que el país se esté yendo al garete, porque aun pensamos que nosotros solos, no podemos cambiar un presidente, modificar la política económica, afectar el precio del dólar, etcétera. Cuando en la realidad si podemos, de hecho somos los únicos que podemos hacerlo, pero seguimos esperando que aparezca el Bolívar que nos liberte, el Eisenhower que comande un ejército y derrote a los que nos oprimen. Sin darnos cuenta que somos nosotros mismos  nuestros opresores, a tal punto que no solo nos conformamos, sino que ahora tratamos de justificarlo diciendo que somos Resilientes.
Pues mis estimados e imaginarios lectores, los cubanos son Resilientes desde hace 55 años y el pueblo judío lo fue desde épocas previas a Cristo hasta 1948. Nosotros lo somos y quien sabe hasta cuándo lo seguiremos siendo.
¿Seguir o Parar? ¿Seguir esperando a que llegue el elegido a derrotar al Lord Voldemort de nuestra patria? ¿Parar de luchar imaginariamente con el toque de una cacerola? Ya una vez logramos cambiar nuestros destinos, con un memorable 23 de Enero, pero ese día no amaneció y milagrosamente la Fuerza Armada decidió que no se podía seguir sosteniendo esa situación, ese día se concluyo la lucha que había empezado mucho tiempo atrás y que llego a su clímax desde el Noviembre anterior. Por cierto como dato curioso, Perez Jiménez nunca se reconoció a sí mismo como dictador.


Ya una vez estuve en la calle, mientras otros veían en pantalla gigante una final de nuestro Beisbol, ciegos ante lo que pasaba y sigue pasando en Venezuela. No somos Resilientes sencillamente decidimos no ver la verdad, sencillamente queremos la salida fácil, queremos esperar a que pase la tormenta y nosotros no vernos afectados. Esperamos al héroe a quien erigir estatuas y monumentos que sacrifique todo por nuestro bienestar, y si eso pasa porque esa persona no comulgue con nuestros valores, pues no importa, con tal que logre corregir el rumbo de este navío naufragante y nos permita mantenernos secos, eso sí sin ayudar a sacar el agua, mas allá de una multitud de aplausos y palabras de aliento. Pues señores si es así, entonces nos merecemos esto y más. Pero tranquilos ya casi llegamos al fondo, falta poco, pero aun falta caer un poco más, lo que pasa es que en los últimos metros la caída es más violenta.
Que hacer para que en 2034 Venezuela sea la que queremos, pues sencillamente lo que hay es que HACER, no esperar que los demás hagan.
Gracias por su paciencia, espero la sentencia.


Carlos J. Guillen