martes, 27 de agosto de 2013

Y entonces… ¿A qué generación pertenecemos?

Wow… Escribir esta vez fue duro, aún no entiendo si por la complejidad del tema, por el hecho de que me haga caer en un nuevo auto análisis o que sencillamente estos días he llegado sólo con ánimos de dormir. Pero analizando, y adrede voy a hacerlo de afuera hacia adentro, lo que sucede con las generaciones; el surgimiento de los milenials y su forma de ver la vida, la cual comparto en gran parte: soy impaciente, creo que el éxito llega por méritos y no necesariamente con experiencia, definitivamente no me llevo bien con los organigramas verticales y creo categóricamente que cómo luces no influye en lo que eres capaz de lograr. Aunque nadie desmiente que la imagen tiene poder.

¿Y qué pasa con estos milenials alrededor del mundo? Pues se están adueñando del él. ¡Con su filosofía de disfrutar el camino y no esperar al destino consiguen éxito! Hacen lo que disfrutan y ganan dinero. Son flexibles y se adaptan… 

Ajah… ¿Y en nuestro país eso podrá hacerse? ¡Pues claro que sí! Y en esta frase voy a dejar que corra mi dosis de optimismo de la semana, o del mes mejor. Pero no debemos confundir flexibilidad con conformismo, no es que nos adaptemos a la situación crítica para estancarnos allí, es que dentro de esa situación que denominamos crítica encontremos salidas, opciones o escapatorias si es necesario. Yo sí creo que todo esto (no voy a tocar la situación política y económica que hasta mi sobrino de 7 años conoce porque aprendió a escoger entre comer afuera o comprar un juguete, ya que entiende la idea de presupuesto) nos dejará una enseñanza, millones de personas han comenzado sus negocios propios, las instituciones educativas ganan dinero formando emprendedores, la gente está ideando maneras diferentes de producir… Yo sólo espero que esto no sea sólo con la idea de sobrevivir, sino de prosperar. De mejorar.

Como anécdota: en la universidad inicié un negocio con, en aquél momento mi novio y mom (pseudónimo de mi madre); que llegó a rendir un buen margen de ganancias, pero que también me llevó a algunos sacrificios, pero del que finalmente  obtuve grandes aprendizajes: tienes que diferenciarte del resto, el contexto puede hacerte ganar o perder y aunque trillado… Sólo ganas arriesgándote. 
Y a propósito de este escrito, el próximo fin haré un ensayo de negocio, del que luego les contaré mis experiencias.

Deseo que cada uno encuentre algo que disfrute hacer y esto les resulte rentable.

Johanna Márquez.

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